Adivinanza:
Según la tradición de los domadores de vientos, ¿cómo se originó el primer viento?
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Las ballenas no crearon el primer viento del mundo. Pero según la tradición inuit, cada expiración de aquel cetáceo provoca una fuerte ventisca en el polo norte.

Cada concierto de Dizzy Gillepsie creaba tempestades y vendavales en un radio de más de 200 kilómetros. De hecho, una nueva teoría científica relaciona la cantidad de huracanes en Nueva Orleans con la afición al jazz.

Enhorabuena!
Al principio no había nada. Luego surgió …
¡¡ El gran Estornudo!!
Y con él, el primer viento, las brisas y otras corrientes de aire…
Y con ellos la leyenda de los Domadores de Vientos…
El Teatro del Alambre, para cada una de sus propuestas, crea
universos propios. En 2013, su ópera prima « Aral » gana el premio
al mejor espectáculo de una joven compañía en el reconocido
festival “Jeunes Rencontres” de Huy.
A través de un lenguaje teatral
sin texto, en la frontera entre el clown, la poesía, el teatro de
objetos y de títeres, tres actores encarnan a tres personajes que
reinventan un mar que ya no está.
Nutrido por esta experiencia de creación colectiva a tres voces,
Didier Maes, actual director de la compañía, se lanza a una nueva
creación con el viento como motor poético.
A lo largo de varios
años, se va dibujando un universo original poético y surrealista: el
mundo de los Domadores de Vientos. Desde 2015, Sergio Lopez
Serrano se ha sumado al proyecto, como director de escena.
Esculpidores de Horizontes, Dobladores de Montañas, Afinadores de Soplos…
Son algunos de los personajes pertenecientes al universo poético, original y un tanto absurdo salido de la imaginación de Didier Maes.
Una cosmogonía imaginaria en la que el Teatro del Alambre propone sumergirse a través de cuatro propuestas artísticas independientes y complementarias.
Esculpidores de Horizontes, Dobladores de Montañas, Afinadores de Soplos…
Son algunos de los personajes pertenecientes al universo poético, original y un tanto absurdo salido de la imaginación de Didier Maes.
Una cosmogonía imaginaria en la que el Teatro del Alambre propone sumergirse a través de cuatro propuestas artísticas independientes y complementarias.